Una lluvia de aplausos recibió a la Sra. Evangelina Elizondo a su llegada a la Universidad del Valle de Atemajac con motivo de la celebración en su honor por ser la estrella invitada del 6° Festival Internacional de Cine Tercer Milenio.
Un acercamiento con los estudiantes fue lo que hizo aceptar la invitación a la actriz, una mujer que abrió su alma para dejar su historia plasmada en las paredes de la Universidad.
Evangelina Elizondo nunca se conformó con lo que la sociedad tenía establecido para loas mujeres de su época y siguiendo su instinto realizó una prueba para ser la voz principal de la pelicula La Cenicienta, concursando bajo secreto pues su padre no aceptaría a una Elizondo sobre las tablas. Sin embargo, cuando éste supo de la participación de su hija en una pelicula de Walt Disney, del cual era gran admirador, aceptó encantado con la única condición de que fuera él y sólo él quien la acompañara a la sesiones de doblaje.
Evangelina Elizondo nunca se conformó con lo que la sociedad tenía establecido para loas mujeres de su época y siguiendo su instinto realizó una prueba para ser la voz principal de la pelicula La Cenicienta, concursando bajo secreto pues su padre no aceptaría a una Elizondo sobre las tablas. Sin embargo, cuando éste supo de la participación de su hija en una pelicula de Walt Disney, del cual era gran admirador, aceptó encantado con la única condición de que fuera él y sólo él quien la acompañara a la sesiones de doblaje.
Con la mirada de una mujer nostalgica y la voz entre cortada, Evangelina nos cuenta que hay una frase que sigue conquistando su corazón: "Si quieres pintar bien, pinta mucho; si quieres ser excelente, da clases", palabras de su padre que la han llevado a trascender con otro de sus talentos: la pintura, una joya más que adorna la belleza de una gran mujer.
Entre risas y recreaciones de sus recuerdos, Elizondo nos hizo vivir sus más de 70 peliculas con personajes memorables en pantalla y para ella misma, ya que se ha tenido que enfrentar a la vida en múltiples ocasiones, las batallas: sobre un caballo desbocado, en medio de aguas dulces con tiburones y aquel ataque estelar cuando vio a un hombre morir gracias a la exigencias de su director.
Con una actitud admirable, antes de retirarse, Mama Nena abrazó a todos los estudiantes y nos regaló un pedazo de su historia representado con notas musicales y se despidió emocionada por el regalo de voces que le otorgó el Departamento de Cultura y el reconocimiento entregado por el Monseñor Guillermo Alonso.
Es así cómo en vivo y en privado, la Sra. Evangelina Elizondo motivó a los estudiantes a seguir el camino de su preferencia con pasión y nunca conformarse si aquello no llena su espíritu.
Nuevamente, la UNIVA se enorgullece en ser el portavoz de una plática de enseñanzas y trueque de historias donde al final su elegancia, sabiduría y trayectoria dejaron el más exquisito sabor de una estrella que brilló junto a las promesas de la Universidad.
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